¿Qué hace a la gente feliz? Una pregunta compleja que ha invadido muchísimas mentes a lo largo de nuestra historia. ¿Que hace a la gente feliz? Vivir una vida virtuosa, obrar de una manera que puedas querer que se vuelva una ley universal. ¿Qué hace a la gente feliz? A mi me hace muy feliz ir a comer donde ell griego. Vamos pues, que esto no va a ser un ensayo filosófico, ¿o si?
Una noche con un devenir afortunado garantizado
Del griego está ubicado en la primera avenida a una cuadra del Geminis 10, y se caracteriza por servir una gran variedad de comida griega (quien iba a decirlo). Su menú es amplísimo, con cientos de opciones deliciosas. Desde los deliciosos mezzedes (entradas) hasta ¿tacos? si tacos… pasando por carnes, ensaladas, los famosos gyros y también souvlakis. Adicionalmente cuentan con una carta de más de 60 opciones de cervezas así como una cava extensa de vinos. Se pueden imaginar manejar ese inventario con tanta gracia, yo no. Es una cuestión que siempre discuto con las personas queridas con las que siempre visito el restaurante. Y, es que, a Del Griego hay que ir siempre acompañado de gente querida, en grupos grandes, porque pues así se pueden pedir más mezzedes y compartirlos.
Bien, y entonces ¿qué es la virtud?, y ¿cómo aplicarlo a comer cosas deliciosas?, a veces desmesuradamente. La virtud es el hábito de hacer las cosas bien, y Yani si que lo sabe. Y que es el bien, pues es la forma de actuar de una persona virtuosa, y Yani si que lo es. Y que es una persona virtuosa, pues claramente Yani Kefalas, el dueño/administrador de del griego. No es pretensión, Yanis claramente si tiene algo de griego, no le puso así al restaurante solo por falta de creatividad. Yani, un tipo alto bien parecido, siempre lo he visto vistiendo un camisa blanca y jeans, siempre atento y amable al servicio, siempre dispuesto a platicar y a contarte algo de sus platos. ¿Ya les dije que siempre dispuesto a platicar? a veces platica bastante digamoslo asi. Pero es un personaje genial con una pasión por su comida que emana y contagia. Me encanta platicar sobre los tomates de la ensalada griega, nunca he logrado sacarle quien lo provee de estos frutos tan deliciosos ni como los logra servir siempre en su punto perfecto, claramente no soy suficientemente virtuoso para saber aún.
Desde la entrada Del Griego te presagia lo que es bueno, tomates… El libro de quejas está vacío, lo apuesto.
La virtud no es cosa sencilla, pero tampoco es una situación complicada de alcanzar. Para Aristóteles, la virtud se alcanza a través del hábito. De actuar habitualmente bien, mentoreado para aprender cómo actuar bien. No me queda la menor duda que esta filosofía se transmite directamente en la comida de Del Griego. Dia a dia, plato a plato los ingredientes son respetados y por ende ejecutados maravillosamente. Yanis claramente debe ser descendiente del mismo Aristóteles.
Del Griego emana esta virtuosidad a sus clientes, que la persiguen todos los días de la semana. Uno puede ir bien un sabado pasado el mediodía o un martes al filo de las nueve p.m. y encontrar el restaurante llenísimo, así de bueno es el lugar, así de buena es su comida. Solo pensar en esto me hace sentir la necesidad de ir a comer otra vez.
Siguiendo entonces la sabiduría práctica, que es la que nos debe guiar en esta travesía nos vamos por los mezzedes. Hay para todos los gustos, veganos, vegetarianos, con carnes. Antes de poder ordenar, junto al menú, nos llevan la cortesía, un pan blanco acompañado de queso crema con eneldo, perfecta combinación para estimular más mi apetito.
Siendo un personas de costumbres empezamos por algo sencillo, una especialidad, una porción de Spanakopitakias. Estas son unas dobladitas de masa filo rellenas de la más deliciosamente condimentada espinaca, crujientes por fuera, suaves y cremosas por dentro. Junto a las Spanakopitakias también pedimos una ensalada griega, que nunca debe faltar. Clásica con tomates, pepino, aceitunas surtidas, queso feta y una vinagreta absurda, es incomprensible cómo la hacen tan sabrosa, seguramente usan las proporciones de phi, la proporcion dorada. Siempre suma atención a los tomates, son ideales, pareciera que vienen del mismísimo mundo de las formas. Yanis guarda celosamente a su proveedor como les platiqué, he tenido esta conversación antes. Siempre me dice que si me encantan, él mismo me los vende porque a veces le sobran, siempre me da pena tomarle la palabra.
Spanakopitakias y ensalada griega
Continuamos con algo más sustancioso, un Saganaki. Esto es una lasca gruesa de queso parmesano a la plancha llevado hasta el punto de crear una tenue costra crujiente. Se sirve sobre un flatbread y se acompaña de limón, esta es una excelente yuxtaposición que permite cortar la grasa y no solo permite percibir otros matices del queso, también nos permite querer siguiendo más queso, ¿acaso no dije que era una excelente idea?
Para poder ayudar a hacer fluir este bacanal pedimos un refresco de maracuyá, delicioso y astringente, y una Tucher Ubersee, una lager de exportación, tenue pero algo tostada, perfecta para limpiar el paladar y no invadir los sabores de los mezzedes.
Arribamos al clímax, el tercer acto de la noche. Las proteínas animales. Y, es que, una visita a Del Griego no puede estar completa sin degustar alguna de las varias preparaciones de cordero. Pueden degustarlo como costillas, estofado, en un gyro, o inclusive tacos (sigo sin comprender porque nunca he probado estos tacos). Ahora nos decantamos por el cordero gratinado. En esta presentación va el cordero finamente picado, acompañado de mozzarella gratinado, solamente al punto de permitir una tenue malliardizacion en la parte superior. Esto es la cúspide del buen comer de esta noche.
Finalmente, comenzamos el descenso, porque la vida también tiene tragedias. El pulpo al chipotle, no terrible, pero punto bajo en comparación. La salsa muy bien preparada, un estofado de tomate con un ligero aroma a chipotle, para mi gusto poco picante y el ahumado poco perceptible. No lo considero un mal platillo, pero en comparacion a lo demas, no cumplio para cerrar con broche de oro. De la pura tristeza decidimos pedir un postre, unos Lucumaditos con helado. Estos son pequeños churros de yuca dispersos en una cama de una miel deliciosa, coronados por una bola de helado de dulce de leche. Olvido la tristeza, se hace nuevamente evidente la virtud frente a mi. Gracias por tanto Del Griego, gracias por mostrarnos la sabiduría práctica de comer bien.
Lo siento señor quería capturar la cítara y el establecimiento a reventar